Angélica Sepúlveda, conocida por ser la «villana» más icónica de los reality shows chilenos, fue invitada al último episodio del programa «El Purgatorio», donde se sentó junto al presentador Nacho Gutiérrez para hablar sobre un traumático episodio en su vida.
En el año 2002, mientras estudiaba en la universidad, Angélica fue atropellada por un tren en Concepción, lo que dejó su estado de salud en grave peligro y tuvo que aprender a caminar nuevamente. La joven llevaba consigo material de estudio y tuvo que cruzar la línea del tren para conseguirlo.
«Ese día estaba lloviendo, fuimos rápidos y no recuerdo más. Lo último que recuerdo es que tomamos el bus, me bajé y teníamos que cruzar cuando mi vida se apagó. Hasta el día de hoy no he vuelto a recordar nada. Me encantaría saber si llegué a ver siquiera el tren», confesó Angélica.
Según relató una amiga cercana, Angélica notó la presencia del tren y empujó a su amiga para salvarla; sin embargo, ella misma no logró salir de la línea del tren y resultó atropellada. «Me chocó, me lanzó con una velocidad tremenda y caí de cabeza en un tipo de regadío. Ahí quedé inconsciente», contó.
Después de varios meses, Angélica despertó atada a una cama debido a las graves lesiones que había sufrido: múltiples fracturas en el cuerpo e inflamación cerebral.
«Pasado más tiempo, tenía la sensación de que mi rostro se veía extraño. Siempre pedía un espejo para poder mirarme… El neurocirujano les dijo a los demás que no me dieran un espejo porque mi cara estaba desfigurada», confesó Angélica.
«Después del accidente, la gente me trató de fea durante mucho tiempo. Yo no iba a andar diciendo: ‘oye, tuve parálisis facial, tenía la nariz desviada, el ojo caído y la boca torcida’. La gente puede ser muy cruel cuando ve a una persona con alguna deformidad física. No tienen empatía y solo se limitan a mirarte. Además de mirarte, tienen una sonrisa burlona sin saber por qué estás así», concluyó Angélica Sepúlveda en su testimonio.