Ninguna agencia espacial se plantea enviar una misión tripulada al Sol, debido a las condiciones extremas y la intensa radiación en las proximidades de la estrella. Aunque existen sondas que se acercan a regiones cercanas para analizar su composición, acercar a una persona es completamente imposible.

Sin embargo, para aquellos que no están familiarizados con los temas astronómicos, resulta curioso saber cuál es el punto más cercano al Sol al que podríamos llegar. En este sentido, vale la pena hacer un recuento de cómo sería un viaje hacia lo que alguna vez se pensó que era el centro del universo.

Desde los primeros kilómetros desde la Tierra, la nave espacial despegaría utilizando cohetes poderosos. A medida que se aleja de nuestro planeta, pasaría por la atmósfera experimentando resistencia y calor generados por la fricción con el aire. Una vez fuera de esta atmósfera, entraría en órbita terrestre y encendería sus motores para dirigirse hacia el Sol.

Durante la mitad del viaje ocurre un fenómeno interesante: dejamos de depender de la gravedad terrestre y pasamos a depender mayormente de la gravedad solar. Esto acelera significativamente la velocidad de la nave espacial mientras se aleja cada vez más de nuestro planeta.

En algún punto alcanzaríamos el perihelio o punto más cercano al Sol. Durante esta etapa crítica del viaje, enfrentaríamos una radiación solar incrementada significativamente. Para sobrevivir en esta situación extrema sería necesario contar con escudos y materiales resistentes al calor y la radiación.

Sin embargo, llega un momento en el cual la radiación en las cercanías del Sol se vuelve extremadamente intensa y peligrosa para cualquier forma de vida conocida. La radiación solar incluye partículas altamente energéticas que pueden dañar los tejidos humanos, además de intensa radiación ultravioleta y vientos solares compuestos por partículas cargadas. Todo esto sería letal para cualquier ser humano o nave no protegida.

La distancia exacta a la cual la radiación sería mortal puede variar según la tecnología de protección utilizada y la resistencia de la nave espacial. Sin embargo, generalmente se considera inviable acercarse significativamente al Sol más allá de la órbita de Mercurio debido a las altas temperaturas y niveles extremos de radiación.

En resumen, aunque nos resulte curioso saber cuál es el punto más cercano al Sol al que podríamos llegar, las condiciones extremas hacen que sea imposible tener una misión tripulada hacia esta estrella masiva. La intensidad de su radiación y las altas temperaturas hacen que cualquier intento sea inviable por el momento.