Tomás González, reconocido gimnasta chileno, vivió un difícil momento durante su preparación para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En ese entonces, González experimentaba un gran desgaste psicológico debido al trato abusivo que recibía por parte de su entrenador, el cubano Yoel Gutiérrez.
En una entrevista con La Tercera, el deportista confesó que se encontraba tan enfocado en alcanzar sus metas olímpicas que aceptó los abusos por parte de su entrenador. Sin embargo, esto tuvo consecuencias negativas en su bienestar emocional y en su disfrute de la gimnasia y sus logros.
González describió cómo Gutiérrez lo maltrataba verbalmente cuando cometía errores durante los entrenamientos. Un episodio particularmente cruel ocurrió cuando el técnico decidió probar un salto nuevo de alta complejidad durante una competencia, provocando que Tomás cayera al suelo. La reacción del entrenador fue agresiva e hiriente, insultándolo y menospreciándolo.
Una vez en Chile, González se quejó de dolores en la espalda y el entrenador le ordenó no asistir al gimnasio hasta recuperarse por completo. Sin embargo, a su regreso después de una semana sin poder entrenar debido a las lesiones, Gutiérrez lo recriminó duramente por haberse ausentado sin aceptar ninguna explicación.
El trato abusivo continuo afectando profundamente a Tomás González emocionalmente. El deportista llegó incluso a llorar debido a la rabia generada por esta situación injusta. Lamentablemente, en aquel momento no se hablaba ni había protocolos para lidiar con este tipo de abusos. González decidió poner fin a esta relación tóxica y buscar un nuevo enfoque para su carrera.
Es importante mencionar que Tomás González ha hablado abiertamente sobre esta experiencia traumática y ha demostrado valentía al compartir su historia en su libro autobiográfico. En la actualidad, el tema de los tratos abusivos en el deporte se toma más en serio y se implementan protocolos para prevenir y enfrentar estas situaciones.