Vladimir Popov, un joven ruso de 23 años, ha fallecido tras ser atacado por un tiburón en una playa de Egipto en el mar Rojo. Este es el primer incidente mortal del año relacionado con mordeduras de tiburones en la zona, después de que dos turistas perdieran la vida el año pasado bajo las mismas circunstancias. Según las autoridades locales citadas por Al Masry al Youm, «un ataque inesperado» del escualo ha sido responsable del incidente.

En el momento del incidente, uno de los barcos cercanos no pudo salvar a la víctima que estaba «gritando pidiendo ayuda durante el ataque antes de ser devorado», han explicado las mismas fuentes. Viktor Voropaev, cónsul general ruso en Egipto y representante diplomático del país asiático presente en la región norteafricana, ha confirmado la muerte y ha advertido a sus compatriotas sobre los peligros que acechan dentro del agua.

«El ruso murió como consecuencia directa del ataque de un tiburón», señalaba Voropaev sobre lo ocurrido durante su comparecencia ante los medios.

Yury Popov es el padre afligido por esta tragedia. En una entrevista concedida al medio 112 dijo: «Fuimos a relajarnos a la playa. Mi hijo fue atacado y todo sucedió muy rápido». Agregó también: «¿Qué tipo de ayuda se puede prestar? Sucedió todo esto en sólo 20 segundos; simplemente fue arrastrado hacia abajo».

Las imágenes impactantes sobre este suceso no han sido confirmadas como verídicas. Mientras, la información, también difundida por varios medios e internautas sobre que el joven habría visitado Egipto con la existente finalidad de evitar ser llamado para luchar en el frente de combate contra Ucrania tampoco cuenta con acreditación alguna.

Esta playa se consideraba segura y nunca había ocurrido un ataque así antes. Por esta razón, muchos vecinos han tachado este incidente como una especie de «destino maligno».