A medida que la pandemia va quedando atrás y las restricciones se relajan, los empleados están volviendo a abandonar sus oficinas en casa y regresando a las salas de conferencias físicas. Este cambio de tendencia ha sido impulsado por diversas razones, incluyendo la necesidad humana inherente de interacción social y creatividad que surge de los encuentros cara a cara.
Durante la pandemia, muchos estudios han demostrado que el trabajo a distancia puede ser más productivo que las estructuras tradicionales de oficina. Sin embargo, investigaciones recientes están revelando una realidad diferente. Un estudio realizado por estudiantes de doctorado de la Universidad de Harvard en 2020 encontró un aumento del 8% en la gestión de llamadas por hora para empleados minoristas en línea que trabajaban desde casa. Sin embargo, una revisión posterior realizada por el Banco Federal de Reserva de Nueva York reveló un descenso del 4% en la eficiencia, ya que los empleados remotos no solo atendían menos llamadas, sino que también mostraban una disminución en la calidad de sus interacciones.
Este estudio coincide con otros hallazgos similares, lo cual ha llevado a empresas como Wall Street e incluso gigantes tecnológicos a exigir un mínimo tres días semanales en la oficina. La necesidad humana fundamental del contacto social y las colaboraciones fortuitas generan ideas valiosas dentro del entorno corporativo.
La terapeuta industrial y organizativa Miriam Groom destaca el hecho de que el impulso inicial hacia el trabajo remoto durante la pandemia fue motivado principalmente por factores novedosos y un exceso enfocado en gestionar crisis. Con el tiempo, erosionó los límites entre el trabajo y la vida personal, lo que llevó al agotamiento y a una disminución en la productividad.
Danilo Godoy, fundador de Wahojobs, plataforma especializada en oportunidades de trabajo desde casa, menciona que disminución del rendimiento del trabajo remoto varía según los individuos y equipos. El aislamiento social resultante del trabajo en casa puede llevar a una menor colaboración, lagunas en la comunicación y falta de cohesión del equipo. Además, muchos han tenido dificultades para establecer un equilibrio saludable entre su vida laboral y personal mientras trabajaban desde casa, lo que ha llevado al agotamiento y a una disminución general de la productividad.
Por lo tanto, el futuro del trabajo parece apuntar hacia un equilibrio entre el trabajo remoto y las oficinas físicas. Es probable que modelos híbridos se conviertan en la norma, adaptándose a distintos sectores y perfiles de empleados. Estos modelos estarán respaldados por tecnologías emergentes e ideas organizativas que buscan encontrar un equilibrio entre flexibilidad y estructura.
Entrevistada por Metro News,R Miriam Groom señala que la clave está en crear un entorno laboral que aproveche las fortalezas tanto del teletrabajo como de trabajar en una oficina física para mitigar las desventajas. Adaptar el enfoque a las necesidades únicas de cada organización permite crear un espacio de trabajo productivo e inspirador.
El futuro se presenta lleno cambios fluidos. Las oficinas podrían convertirse más bien centros colaborativos más allá de ser espacios diarios tradicionales donde trabajar.Te podrías optimizar aún más el teletrabajo para resolver las deficiencias actuales. La adaptabilidad será clave, donde el enfoque se centraá más en «cómo producir los mejores resultados» independientemente de dónde estemos trabajando, asegurando un ambiente laboral dinámico, global e incluyente.
Estudios recientes han arrojado luz sobre la comparación entre el teletrabajo y el trabajo en oficinas físicas. Por ejemplo, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de California descubrieron que los trabajadores a distancia eran un 18% menos productivos que sus contrapartes en oficinas. Otros estudios han concluido que existe una diferencia de hasta el 19% en la productividad entre empleados remotos de una gran empresa asiática de TI. Incluso se ha demostrado que los ajedrecistas profesionales rinden mejor cuando juegan partidas cara a cara que cuando lo hacen en línea.