El sábado pasado se confirmó la muerte de Theodore Kaczynski, conocido como “Unabomber”, después de que fuera encontrado sin vida en su celda en Carolina del Norte, Estados Unidos. El Buró Federal de Prisiones informó al respecto, señalando que el hombre falleció a los 81 años, aunque la causa del fallecimiento todavía se desconoce.

Kaczynski estaba cumpliendo una cadena perpetua por haber asesinado a tres personas y herido a otras 23 mediante una serie de cartas bombas enviadas a universidades, aerolíneas y empresas entre los años 1987 y 1995. Durante casi dos décadas llevó a cabo 16 ataques con cartas bomba antes de ser capturado por el FBI después de 17 años.

Theodore Kaczynski era un niño superdotado con habilidades excepcionales en matemáticas desde temprana edad. Después de graduarse con sólo dieciséis años y obtener un doctorado en Matemáticas en la Universidad de Michigan, Kaczynski se convirtió en profesor ayudante en la Universidad de Berkeley. Según National Geographic , fue objeto de acoso escolar durante su infancia, lo cual le dejó secuelas emocionales permanentes.

A pesar del talento cognitivo del autor intelectual detrás del apodo «Unabomber», participó en un programa controvertido llamado MK Ultra diseñado por la CIA para desarrollar nuevas técnicas relacionadas con el control mental y torturas bajo ese mismo pilar conceptual.

Kaczynski luchaba contra las tecnologías modernas e intentaba hacer que los humanos regresaran a sus raíces más salvajes mediante la eliminación de la sociedad industrial moderna. Hizo su debut mortal en 1978 con el envío de cartas bomba que buscaron causar daño, amenazando a los destinatarios al estilo ‘unabomb’ y habiendo perseguido activamente a una serie de universidades e individuos durante años.

Finalmente, Kaczynski manifestó su deseo de dejar de atacar si publicaban un manifiesto escrito por él mismo en varios periódicos del país. Luego, acompañado por ciertas similitudes expresadas en las cartas enviadas a sus familiares, fue detenido tras hacer público su manifiesto pidiendo el fin del desarrollo tecnológico masivo.

Su historia se trasladó posteriormente a la pantalla chica siendo el protagonista tanto del documental «Unabomber: En sus propias palabras» como también para la miniserie Manhunt: Unabomber.