El juicio contra Nicolás Zepeda comenzará en un tribunal del este del país galo. Se trata de un ciudadano chileno acusado de asesinar a su exnovia, de origen japonés. Conforme va avanzando la investigación, el asesinato se produjo en la residencia universitaria de la joven. Desapareció en el año 2016 y su cuerpo jamás fue encontrado. Si bien ha alegado su inocencia siempre, Zepeda fue el último que la vio con vida.

El juicio tendrá lugar en Besanzón, contando con traducciones al español y al japonés, de manera simultánea. Igualmente, va a haber testigos que serán interrogados por videoconferencia en Chile y en Japón. El ciudadano chileno, quien ahora tiene 31 años, ha negado siempre cualquier vínculo con la desaparición de su exnovia, de nombre Narumi Kurosaki.

Relación de Nicolás Zepeda con su exnovia

Nicolás Zepeda

La joven japonesa, quien contaba con 21 años de edad, desapareció en diciembre del año 2016. Esto sucedió cuando estudiaba en la ciudad de Besanzón. Kurosaki era proveniente de una familia modesta de Japón, llegó a Francia para aprender el idioma del país. Tal parece que, su exnovio Nicolás Zepeda, con quien había terminado la relación en el otoño anterior a la desaparición, ha sido la última persona en haberla visto con vida.

Sus padres saben, después de cinco años, que su hija no podía desaparecer ni suicidadrse. (…) No tienen ninguna duda de que Zepeda la mató.

Esta afirmación la hizo Sylvie Galley, abogada de la familia de la joven Narumi. Su madre y su hermana van a viajar desde Japón para asistir al juicio. La fiscalía acusa a Zepeda de haberla matado en su cuarto de la universidad. Antes de deshacerse del cuerpo en los bosques aledaños. Conoció a Narumi en Japón y será defendido por Jacqueline Laffont, quien fue la abogada del expresidente francés, Nicolas Sarkozy.

Zepeda se encuentra en estos momentos en prisión preventiva en la ciudad de Besanzón. Todo ello después de un largo proceso de extradición desde Chile. Su abogada en Chile afirma que no se puede acreditar un homicidio, debido a que no hay cuerpo. Por ello, el ciudadano chileno nunca debió ser extraditado.