Según estudios realizados, se ha determinado que los hombres tienden a saciarse menos rápido que las mujeres cuando se trata de comer. Muchas mujeres conviven con parejas que son amantes de la comida, considerándola como uno de sus pasatiempos favoritos.

Comer entre horas puede ser provocado por diferentes factores como el estrés, el aburrimiento, la costumbre, el despecho o la ansiedad. A pesar de tener un organismo sobrealimentado, es posible experimentar hambre debido a no dormir lo suficiente o no consumir los alimentos adecuados para sentirse completamente satisfecho.

El problema radica en que si se picotea fuera de las horas establecidas para comer, es difícil mantener una dieta equilibrada y se genera un desorden en los hábitos alimenticios.

¿Qué provoca realmente el hambre constante en tu esposo? Según El Confidencial, un día estresante en el trabajo puede aumentar el deseo de comer más. Cuando nos encontramos abrumados por las preocupaciones del día a día, nuestro cuerpo libera cortisol -la hormona del estrés-, lo cual puede generar antojos por alimentos azucarados o salados que suelen engordar.

Para evitar sentir hambre poco tiempo después de haber comido, es recomendable consumir al menos 30 gramos de proteína en cada almuerzo. Este nivel aumentará la sensación de plenitud posteriormente. Asimismo, es importante incluir al menos diez gramos de fibra para retardar el vaciado del estómago y contribuir a la sensación de saciedad.

La falta de sueño también puede alterar las hormonas encargadas del apetito, lo que provoca un aumento en el hambre. La grelina -la hormona estimulante del apetito- se incrementa cuando se tiene falta de sueño, mientras que la leptina, encargada de mostrar la sensación de saciedad, disminuye.

¿Cómo solucionar este problema? El control del estrés es fundamental, así como practicar una alimentación consciente para romper con los hábitos alimenticios emocionales. Es importante dedicar tiempo a las comidas sin distracciones como el teléfono o la televisión. Realizar ejercicio físico ayuda a contrarrestar el estrés y practicar mindfulness o meditación también pueden ser beneficiosos.

Incorporar el ejercicio dentro de la rutina diaria ayuda a liberar endorfinas, lo cual mejora el estado de ánimo y reduce tanto el estrés como la ansiedad. Un mejor estado emocional puede influir en sentir menos necesidad de recurrir a la comida como forma de alivio.