Los dispositivos móviles, como todos los demás aparatos electrónicos, pierden su máxima capacidad y productividad con el tiempo. Las baterías de los teléfonos, por ejemplo, empiezan a durar menos, las pantallas muestran colores menos vivos, etc. La electrónica moderna tiene una larga vida útil, pero los procesos de «envejecimiento» son irreversibles e inevitables lo que provoca que a la larga los celulares se conviertan en smartphones lentos.

Una de las preocupaciones más comunes entre los consumidores actuales es que el rendimiento se degrada a medida que utilizan sus dispositivos y pasa el tiempo. Empresas líderes como Apple y Google utilizan software para compensar la diferencia de velocidad, pero estas soluciones suelen ser sólo temporales. La mayoría de los consumidores conservan sus teléfonos móviles durante dos o tres años antes de actualizarlos a un nuevo modelo. Mucha gente utiliza sus dispositivos antiguos durante periodos de tiempo más prolongados, pero estos tienen severos límites.

Cada año, el soporte de software evoluciona, lo cual es un aspecto importante para alargar la vida útil de un gadget. Los fabricantes dejan de proporcionar nuevas actualizaciones para algunos modelos después de un tiempo determinado, lo que puede representar un importante problema de seguridad.

Smartphones lentos intencionalmente por parte de las empresas

El ralentizamiento intencionado de los iPhones por parte de Apple para alargar la vida de sus baterías también ha causado mucha polémica. Esto es también una muestra de cómo, tras varias generaciones, el hardware se vuelve más difícil de mantener y funcionar óptimamente. La instalación de aplicaciones, la eliminación de datos y el restablecimiento de los ajustes de fábrica benefician el rendimiento a largo plazo de los smartphones.

No obstante, hay varias cosas que se pueden hacer para intentar frenar el descenso de rendimiento previsto. Una opción es desinstalar los programas que no usas muy a menudo para que no ocupen demasiado espacio o recursos del sistema. Lo mismo ocurre con los archivos que tienes en el teléfono desde hace mucho tiempo.

Te sorprendería saber cuánto espacio pueden consumir las capturas de pantalla y otros archivos innecesarios. Si ninguna de las técnicas anteriores funciona, considera la posibilidad de restablecer el dispositivo a los ajustes de fábrica, lo que mejorará significativamente el rendimiento.