Fernando Altamirano vivió un tenso momento apenas minutos después de su regreso a Gran Hermano. Así fue su llegada al reality show, tras la renuncia de la influencer Catalina Salazar, conocida como iCata.

Sebastián Ramírez fue el responsable de hacerle la vida difícil a Bambino desde el mismo momento en que ingresó a la casa estudio en Argentina.

La situación comenzó con una broma que Fernando hizo contra Seba, al preguntar en qué habitación dormía para no estar junto a él debido a que lo encontraba maloliente.

Esto provocó que Tatán reprochara a Fernando por ingresar «preparado» y le recordara que gracias a él tenía trabajo.

La discusión entre Seba y Bambino fue subiendo de tono, generando un momento de alta tensión que llevó a Constanza Capelli a pedirle a Seba que se calmara y dejara tranquilo al recién llegado. La producción decidió cortar la transmisión y volver al estudio con Diana Bolocco.

Fue durante ese acalorado intercambio de palabras cuando Ramírez gritó furiosamente hacia Fernando exigiéndole que lo mirara directamente mientras hablaba: «No tienes dónde caerte muerto. Te estoy dando trabajo toda la semana, si no existirías. Nadie te pesca afuera. Nadie te quiere. Mírame cuando te hable», expresó Sebastián con cara seria.

Finalmente, durante su conversación con la conductora del programa, Ramírez admitió estar enojado por la actitud «engreída» con la cual entró el joven Bambino.