Un presunto acto de venganza habría desatado una noche de violencia en la ciudad de Calama, durante la cual se registraron dos tiroteos que dejaron un saldo fatal. El sospechoso detrás de estos trágicos incidentes era Víctor Hugo Campillay Sandoval, un hombre con antecedentes penales debido a su participación en robos de cobre y tráfico de drogas.

El primer ataque ocurrió poco antes de las 10 pm en la Comisaría de Carabineros, donde el sospechoso disparó desde su automóvil contra dos personas que estaban denunciando un hecho delictivo. Después, este mismo individuo se trasladó al terminal de buses local y abrió fuego contra un grupo, matando a uno e hiriendo a cuatro individuos más.

De acuerdo con fuentes cercanas al caso, lo que motivó el ataque fue una supuesta venganza después del asesinato del hijo menor del sospechoso en enero pasado y la posterior detención judicial del otro hijo mayor por robo vehicular. Al llegar a la comisaría local, Campillay habría amenazado con derramar sangre antes de abrir fuego.

Después del segundo tiroteo, los oficiales persiguieron al sospechoso hasta Villa Los Transportistas donde finalmente le dieron alcance a bordo de un automóvil blanco. Allí se produjo un enfrentamiento armado entre los efectivos policiales y el supuesto agresor resultando éste abatido.

Conmoción ha causado este nuevo episodio violento que demuestra -una vez más-, cómo diversos factores socioculturales pueden desencadenar tragedias debido a la falta de atención y medidas preventivas.